El discernimiento

¨ La valentía de discernir siempre¨ Papa Francisco

Acción Católica de Venezuela

Consejo Central

Departamento de Espiritualidad.

Iniciando un ciclo de temas que nos pueden ayudar espiritualmente; he querido comenzar con una palabra que quizás mucho la conocen, pero algunos poco saben de dónde deriva y cuál es propiamente su utilidad; el discernimiento.

Lo que pretende fundamentalmente el discernimiento es ayudarnos a liberar nuestros criterios y ordenar nuestros afectos para decidir aquello que es lo que Dios quiere y radica en cuatro claves: ver, sentir, juzgar y actuar.

¨Discernimiento¨ en el lenguaje común es la habilidad de juzgar sabiamente y ser capaz de escoger cuidadosamente entre muchas opciones.

Para los jesuitas, como el Papa Francisco; sin embargo, ¨discernimiento significa mucho más. Es la práctica orante de tomar decisiones a partir de herramientas específicas. La tradición jesuita del discernimiento está enraizada en los Ejercicios Espirituales, el manual clásico de oración escrito por San Ignacio de Loyola, el fundador de los Jesuitas en el siglo XVI.

A pesar de la diferencia temporal que nos separa de San Ignacio y la creación del libro de los Ejercicios Espirituales, el discernimiento es un ejercicio sumamente actual. Aprender a distinguir estas mociones internas es como podremos intuir cuál es la voluntad de Dios. Las mociones son sugerencias e impulsos internos a que hagamos algo o dejemos de hacerlo. Toda moción suele incluir un estado de ánimo y un discurso. Agrupando, se distinguen dos tipos de estados de ánimo: Uno lleva a sentirse bien, tranquilo, alegre, en paz y en armonía. Otro lleva a sentirse mal, inquieto, triste, turbado y en desarmonía.

Otra dificultad en el discernimiento de espíritu consiste en que, primero, es necesario hacer un juicio sobre la situación existencial en que nos encontramos. Hay que preguntarse: ¿Mi vida sigue un curso positivo?, ¿Voy creciendo y subiendo a pesar de tropiezos eventuales? ¿O mi existencia sigue un curso negativo? ¿En qué se me está yendo la vida? ¿Qué estoy haciendo de mí mismo(a)? ¿Qué quiero hacer de mí en adelante?

Desde la lógica de Ignacio de Loyola, Dios nos pide algo a través de las mociones internas, por lo mismo es importante aprender a distinguirlas. Ser cristiano no es fácil, es aprender a luchar contra el mal que acecha en los fueros internos, también luchar contra la injusticia que vemos en el mundo. Sentir bonito no es en automático una moción del buen espíritu, cuidado con ello por favor.

Finalmente, lo importante es que cada uno de nosotros experimente todos los días y si no puede porque el quehacer del día a día es intenso, tener la voluntad de realizar este pequeño ejercicio tres veces a la semana. Teniendo siempre como premisa discernir siempre qué hace el Espíritu en mi corazón.

Quien suscribe, deseo compartir con ustedes una oración que suelo realizarla todos los días e invito a rezarla al comienzo o final del día, es de San Ignacio de Loyola, busquen un lugar apropiado y cuando estén relajados respiren profundo, la leen pausadamente.

¨ Toma Señor y Recibe ¨

¨ Toma Señor, y recibe

toda mi libertad, mi memoria,

mi entendimiento, y toda mi voluntad.

Todo lo que soy, todo lo que poseo.

Tú me lo diste; a ti, Señor, lo torno.

Todo es Tuyo.

Dispón de mí según tu voluntad.

Dame tu amor y gracia,

que eso me baste¨.

Amén.

Lic. Manuel Díaz M.

Dpto. Espiritualidad

Consejo Central.


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