¡ Cómo dueles Venezuela !
Acción Católica de
VenezuelaConsejo CentralDepartamento de Espiritualidad.
Comenzamos el segundo mes del año entre el dolor y la esperanza; como en un parto lento que quisiéramos acelerar para que reviente la luz y la vida se haga libre.
El dolor de más de cuatro millones de venezolanos que hemos visto deambulando por las carreteras, calles de ciudades y países vecinos, con sus pies reventados, sus ¨corotos¨ al hombro, sus rostros demacrados no sólo por el cansancio sino por la desesperanza, es que nos atraviesa el alma. Y, detrás de cada uno de ellos hay historias de familias numerosas, de padres, madres, ancianos, niños dejados atrás y que viven con miedo, con hambre, sin salud ni medicinas, sin trabajo, sin futuro en su propio país.
Como adultos, no podemos darnos el lujo de mentiras, de ser ilusos ni evasivos ante los riesgos evidentes y el que así lo haga es porque es discípulo del padre del demonio y no puede llamarse cristiano porque esto es un grito que llega al cielo.
Si las cosas siguen como van, si no hay un acuerdo mínimamente satisfactorio para las partes en pugna y lograr la ansiada transición luego de dos décadas de destrucción sistemática en todos los órdenes, tendremos días muchos más difíciles.
No entraré y tampoco es para quien suscribe esa intención en analizar el asunto político porque sencillamente esta reflexión va hacia otra línea, pues las emociones y el fanatismo ciegan la mente y no soy amigo de polémicas estériles.
Como quiera que sea, la suma de las decisiones creará el destino que merecemos como país. Si Dios ilumina las mentes de los dirigentes y de quienes tienen influencia en esta circunstancia, las salidas serán más ecológicas y menos traumáticas y esgrimo iluminar porque somos libres para dejar o no que el Espíritu del Resucitado transforme y haga nueva todas las cosas.
Si el orgullo y la fuerza se imponen veremos lo que la inmensa mayoría no desea y bien saben a qué me refiero, sudor y muchas más lágrimas.
Volviendo al tema de lo que toca hacer de manera particularizada, resumamoslo así: realismo preventivo, información actualizada y foco en el presente, para reducir y afrontar la incertidumbre y las tensiones. Y recordemos: mucha sensatez y no dejarnos arrastrar por el odio ni dejarnos frenar por el desaliento, sencillamente porque Dios ha vencido al mundo y prometió: ¨Estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo¨. (Mateo 28,20)
Finalmente rezo y los invito a hacerlo; orar mucho para que el Dios de la vida nos dé la sabiduría que viene como don precioso de su Espíritu para resistir al odio, ser testigos de la reconciliación y de la justicia entre hermanos.
Que nuestra Madre la Virgen de Coromoto patrona de Venezuela, nos proteja en estos tiempos tan convulsos que nos ha tocado vivir no sólo a los que aún estamos en el país sino fuera de él, y que esto también sea una lección aprendida para todos.
¨Jesucristo, Señor Nuestro, acudimos a ti en esta hora de tantas necesidades en nuestra patria. Nos sentimos inquietos y esperanzados y pedimos la fortaleza como don precioso de tu Espíritu. Anhelamos ser un pueblo identificado con el respeto a la dignidad humana, la libertad, la justicia y el compromiso por el bien común. Como hijos de Dios, danos la capacidad de construir la convivencia fraterna, amando a todos sin excluir a nadie, solidarizándonos con los pobres y trabajando por la reconciliación y la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y el encuentro, para que juntos construyamos la civilización del amor a través de una real participación y la solidaridad fraterna. Tú nos convocas como nación y te decimos: Aquí estamos Señor, junto a nuestra Madre, María de Coromoto, para seguir el camino emprendido y testimoniar la fe de un pueblo que se une a una nueva esperanza. Por eso todos juntos decimos: ¡Venezuela! ¡Vive y camina con Jesucristo, Señor de la historia! Amén¨.
Manuel Díaz M.
Dpto. Espiritualidad
Consejo Central.